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Arquitectura y Fotografía: Miradas caleidoscópicas sobre la ciudad (II)

Foto Acebedo. Reflexión púrpura. 2008.

 

Foto Acebedo. Convivencia urbana. 2008.

Por: Luis Fdo. Acebedo R.

(Continúa)

La metáfora del caleidoscópio y las nuevas tecnologías.

 

Los avances científico-tecnológicos y su impacto en las artes nos están acercando más a la metáfora del caleidoscopio para entender los cambios que las nuevas tecnologías le demandan a las artes y sus diferentes maneras de representación, y menos a la del collage y del fragmento que se ha generalizado en los últimos años como expresión del caos y la sin salida.
En efecto, como dos metáforas que fueron penetrando las diferentes manifestaciones artísticas, el collage y el fragmento, resultaron útiles para justificar el arte en sí y para sí. El arte como sentimiento y no como pensamiento (Mariátegui, 1964), el triunfo del azar, la casuística; tal vez el agnosticismo y la ausencia de referentes. Una de las máximas de los dadaístas, por ejemplo, era “asesinemos la inteligencia si queremos comprender la belleza”. De cierta manera, eran propuestas sin tiempo ni espacio, sin movimiento o mejor, sin sujetos, es decir, el mundo del artificio y la artificialidad.
El caleidoscopio como expresión metafórica se mueve entre lo particular y lo general, entre los fragmentos y la totalidad, no sólo desde el punto de vista de la imagen, sino también de su significado. Pese al instante reservado a una unidad de tiempo-espacio, la fotografía nos da la posibilidad de trascender en la complejidad de un fenómeno o en la futilidad de un objeto inanimado, pero siempre contenidos en determinados límites, llamémoslos culturales, éticos o estéticos. Allí sigue presente la contradicción como elemento liberalizador. Steve Yates (2002) la identifica como el contrapunto visual, ese elemento que marca la diferencia entre la fotografía y la realidad. Al respecto, dice:
“Resulta evidente que el contrapunto visual, al igual que el contrapunto musical, se basa en dos condiciones: el contraste entre contrarios que se complementan mutuamente, como los polos de una escala, y una similitud o un paralelismo que lleva al espectador a conectar estos contrarios para así descubrir el antagonismo existente en la unidad de la composición”.
La luz o la contraluz, la lejanía y la cercanía, el color y la sombra negra, la superposición de planos o el cambio de texturas, pueden ser algunos de esos contrapuntos que se emplean en la fotografía o la arquitectura para generar contrastes, marcar espacialidades o establecer jerarquías.
Parodiando un poco a Rudolf Arnheim (2002), yo diría que mientras el arquitecto inventa, el fotógrafo descubre, pero ambos encuentran entre las innumerables vistas de la realidad física, múltiples alternativas, infinitas formas de aproximación, delicados trazos llenos de significados y significantes en medio de la unidad de la composición. Margarita Monsalve (2008) nos refuerza esta idea cuando afirma que la fotografía conjuga dos realidades: el signo y el significado. “Es signo de una realidad distante y, a la vez, espejo que la contiene en miniatura, significándole”, un signo ambiguo que contiene la posibilidad infinita de fragmentación y montaje.
En este sugerente lenguaje, el uso de las tecnologías ya no se plantea como una opción, sino como una condición, una parte del acto creativo. Se incorpora como recurso, más que como instrumento y en esa medida establece nuevos vínculos con otras expresiones artísticas como el comics, el cine, el performance, el teatro, entre otros. Hay quienes cuestionan el concepto de la “originalidad” bajo esta premisa, sin embargo, ¿qué puede ser hoy en día “original” en esta sociedad cada vez más globalizada e interconectada?. Se trata de un proceso adaptativo en el que estamos haciendo tránsito del lápiz de grafito al óptico, de la cámara análoga a la digital, de la maqueta de cartón a la imagen 3D, del papel a la pantalla interactiva. En fin, de la materialidad a la virtualidad.
Una sola generación ha sido testigo de semejantes transformaciones. Por eso es tan difícil aprehender sus impactos. Sólo sabemos que la velocidad con que se están dando, nos obligan a tener una mente abierta hacia nuevas exploraciones y divagaciones.
Pero también tenemos evidencias de las respuestas emergentes y alternantes a la homogenización dominante. Volvemos a refrendar la importancia del espacio como valor diferenciador. A eso que algunos llaman «glocalización», en donde el territorio, los sujetos, la cultura y las innovaciones adquieren sentido de lugar, comienzan a tener un nuevo significado y un signo diferenciador, un nuevo contrapunto que la arquitectura y la fotografía deben explorar para su propio engrandecimiento.
08/11/09

Ver Programación en: http://agenda.universia.net.co/ucaldas/2009/11/10/i-muestra-fotografia-manizales

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