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Las Ciudades del Desarrollo

Por: Alejandra Marín Buitrago

Abogada Urbanista
Estudiante: Maestría en Habitat

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Fuente: http://hacedordepecados.blogspot.com/2010/06/el-apartheid-del-siglo-xxi-en-el.html

Son muchos los aspectos en los cuales el discurso del desarrollo ha afectado la configuración de las ciudades latinoamericanas. Es innegable que los hombres ocupan sus territorios conforme a su manera de ser y de ver el mundo, por tanto en las expresiones de ocupación del territorio en la civilización occidental se evidencia un hombre escindido de la naturaleza y de sus mismos congéneres, donde la segregación de castas -propuesta desde los discursos de la pre guerra- toma forma en el espacio físico; el resultado son territorios fragmentados, escenarios de segregación y gentrificación, es decir, ciudades alejadas de la esencial dimensión ética “del habitar”.

La ciudad mediante barreras físicas o mentales genera territorios claramente diferenciados según la categoría de sus ocupantes (segregación), de esta forma las estrategias geopolíticas de asistencia de “los desarrollados” hacia los “en vía de desarrollo” también tienen lugar a escala municipal. Así mismo, mediante procesos de tipo renovación urbana se presenta el apoderamiento de las zonas más valiosas de la ciudad por parte de ciertos grupos que desplazan a sus habituales ocupantes, aumentando el precio y el estatus del suelo de dichas áreas (gentrificación).

La generación de ciudad toma dimensiones gerenciales, de modo que la lógica de la rentabilidad y la funcionalidad económica desplaza las preocupaciones por la habitabilidad, la identidad y la convivencia. En este sentido, se viene entregando el liderazgo en el desarrollo urbano a los promotores inmobiliarios. Un ejemplo cotidiano de esta afirmación se presenta en los procesos de renovación urbana, los cuales se supondrían inscritos dentro de un cuidadoso marco de planificación pública, participante de las dinámicas inmobiliarias de la ciudad; en oposición a esto es habitual que las autoridades municipales ejerzan un papel pasivo frente al promotor, dejando que la renta inmobiliaria determine todas las acciones de planificación y gestión. Es decir, planificando espacios puntuales a la medida de los intereses de la empresa privada, desvirtuando con ello todos los propósitos de la función pública del urbanismo.

Segregación y gentrificación.

Los conceptos de segregación y gentrificación urbana aparecen simultáneamente al proceso de desarrollo, se trata de adaptaciones del espacio urbano a la visión y necesidades del desarrollo; ambos -en todo caso- son elementos o fases del mismo proceso. La segregación obedece simplemente a las dinámicas de desigualdad propias del desarrollo, “la pobreza” -creación y sustento- del discurso desarrollista, debe indefectiblemente tomar cuerpo en la ciudad, de modo que “desarrollados y en vía de desarrollo” se convierten en “las elites y los marginados” del escenario urbano; esto se da gracias a que el mercado del suelo se convierte en la mano invisible que ordena la ocupación de los diferentes asentamientos según su clase, dejando a la planificación pública el papel residual de corregir –a posterior- los fallos del modelo de ocupación.

En la lógica de la ocupación dirigida por el mercado, la ciudad ha renunciado a ser lugar de encuentro e intercambio y ha optado por la separación y la especialización como nuevos criterios de desarrollo. La separación y especialización de los espacios y de las competencias: lugares diferentes para personas diferentes, lugares diferentes para funciones diferentes (Tonucci, 1998, citado por Paredes 2010).

En ese espacio separado y especializado, también se modifican las dinámicas de construcción de ciudadanía, proceso que solía tener lugar en los espacios públicos urbanos, entendidos desde su dimensión socio-política; actualmente en la ciudades del desarrollo la organización espacial de las desigualdades ha levantado muros infranqueables que impiden no sólo encontrarse, sino incluso verse, imaginarse y pensarse como pares, vecinos, conciudadanos (Remedi 2002, citado por CEPAL 2005). Los espacios públicos también se atrincheran tras los muros. En el caso de las ciudades colombianas el común denominador es su privatización a partir de cerramientos -legales o ilegales- localizaciones que dificulten el acceso, o bien aprovechando las barreras naturales como los ríos o el relieve para generar espacios claramente diferenciados y excluyentes.

Los espacios generados bajo estas dinámicas son los que se identifican en el contexto legal colombiano como espacios públicos con déficit cualitativo, que se define “por las condiciones inadecuadas para el uso, goce y disfrute de los elementos del espacio público que satisfacen necesidades colectivas por parte de los residentes y visitantes del territorio, con especial énfasis en las situaciones de inaccesibilidad debido a condiciones de deterioro, inseguridad o imposibilidad física de acceso, cuando éste se requiere, y al desequilibrio generado por las condiciones de localización de los elementos con relación a la ubicación de la población que los disfruta”(Decreto 1504 de 1998). A su vez, a las insuficientes acciones públicas en materia de planificación, gestión y control urbano se asocian efectos como el déficit cuantitativo de espacio público, definido como “la carencia o insuficiente disponibilidad de elementos de espacio público con relación al número de habitantes permanentes del territorio (…) (Decreto 1504 de 1998).

Los  asentamientos informales o precarios son los que presentan mayores problemas de déficit y, es precisamente en estos donde el espacio público de barrio se hace imprescindible para la construcción de hábitat y la generación de calidad de vida, pues representa no solo la única opción de esparcimiento y convivencia, sino también el escenario al que se desplazan algunas actividades propias del espacio privado.

Por su parte, el concepto de gentrificación aparece como un eslabón mas sofisticado en el proceso segregacionista; este se define como la reocupación de un espacio urbano por parte de una clase socioeconómica en detrimento de otra. Esta última es expulsada y excluida mediante la variación forzada, por los mecanismos de mercado, del precio del solar urbano (Checa-Artasu, 2010).

A diferencia de los tradicionales procesos de segregación que tienen origen en la negligencia pública en el desarrollo urbano, la gentrificación proviene de cuidadosos procesos de planificación y gestión, dirigidos clara e inequívocamente al recambio social, es decir, a trasladar una nueva clase social a áreas degradadas pero con altas potencialidades -en términos de rentabilidad- optimizando con ello el rendimiento económico de ese espacio, este fenómeno suele asociarse con tratamientos de renovación urbana.

Los espacios públicos que genera la gentrificación son los espacios de flujo comercial, del ciudadano-cliente y en general, espacios abiertos desde el punto de vista físico, pero carentes de sus atributos sociales y políticos. Este fallo en los procesos de renovación urbana parte desde su misma concepción como un proceso de transformación, espacios para extraer sus mayores rendimientos a corto plazo, bajo una visión empresarial de competitividad y desconociendo la existencia misma de sus habitantes; por tanto los instrumentos de la renovación, no podrían ser otros que la demolición y la destrucción tanto física como de la identidad previa de las zonas intervenidas.

Frente a estas realidades se hace más urgente la recuperación del sentido del espacio público como instrumento de redistribución social favorable a la diversidad de relaciones sociales en la ciudad. Para ello son indispensables los procesos de planificación orientados hacia el mejoramiento de la calidad de vida y la satisfacción de necesidades colectivas, mediante espacios incluyentes, integradores, polivalentes y articulados en la trama urbana; a través de la planificación también deben generarse criterios claros de diseño urbano para los espacios públicos, que permitan recuperar la idea de ciudad como un tejido de lugares.

Bibliografía 

CHECAARTASU, Martín Manuel, (2010) Gentrificación y Cultura: Algunas Reflexiones, en: Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales Universidad de Barcelona, 18 de octubre de 2010. http://www.ub.edu/geocrit/b3w-914.htm.

REMEDI, Gustavo (2000), La ciudad Latinoamericana S.A. (o el asalto al espacio público) citado por CEPAL (2005).

CEPAL (2005), División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos, SERIE Medio ambiente y desarrollo, Espacios públicos urbanos, pobreza y construcción social, diciembre del 2005. Santiago de Chile.

Paredes Hernando (2007) “Aproximación a una reflexión sobre las relaciones de ciudad y movimientos sociales”, revista de derecho y ciencias políticas, Universidad del Cauca. Vol 7 No. 9, pp. 79-93.

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2 thoughts on “Las Ciudades del Desarrollo

  1. Hola Alejandra: Tocas un tema de mucha actualidad que tiene múltiples posibilidades de interpretación teórica. Al respecto he estado trabajando dos conceptos: Por un lado el infraestructuralismo. Esa idea de construir obras sin reconocer a los ciudadanos como principales beneficiarios del desarrollo, y mucho menos el adecuado equilibrio con su entorno natural. Por otro, la «ciudad-empresa». Una aproximación a este concepto lo trabajo en la siguiente entrada a mi blog: http://caleidoscopiosurbanos.blogspot.com/2011/10/manizales-sin-agua.html
    Buena entrada al blog, sugerente y reflexiva.

  2. Hola Alejandra. Me parece muy importante la relación que haces del desarrollo con el crecimiento urbano y como el ciudadano termina siendo un desplazado dentro de la oferta y la demanda urbana, la ciudad como una empresa. La propuesta de revitalizar la ciudad y la ciudadanía a partir del espacio público parece ser una excelente alternativa, para un momento donde la privatización de la ciudad es inminente, y este a su vez interrelacione y conecte a sus habitantes y retroalimente sus formas de vida.

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