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¿Modelo de desarrollo?

Sara Ivone Marín Castro

Trabajadora Social
Estudiante de Maestría en Medio Ambiente y Desarrollo
Universidad Nacional de Colombia sede Manizales

La continuidad de cualquier forma de vida y de la civilización humana en el planeta se ha puesto en juego por procesos complejos, dinámicos, múltiples y heterogéneos que estructuran la sociedad actual; dichos procesos son moldeados en un abanico de expresiones políticas, económicas, sociales, culturales y naturales que permiten tejer un entramado de interacciones multidimensionales/ multicausales entre el ser humano y su territorio.

Tal como lo plantea Tobasura (2005) “El ideal teleológico de progreso implícito en el concepto de desarrollo dominante en nuestra sociedad, ha entrado en crisis. La sociedad moderna con sus formas de adaptación cultural, expresadas en su manera de generar conocimiento, organizar la sociedad, transformar el medio biofísico, ha demostrado un rotundo fracaso, expresado en el agotamiento de los recursos, el deterioro de la calidad de vida humana, las múltiples formas de violencia entre las sociedades y el sojuzgamiento y aniquilación de otras formas de vida…”.

Fuente: http://www.restauracionacional.org/?p=2324

En otras palabras, los problemas ambientales corresponden a un campo relacional enmarcado socioculturalmente, constituidos por la forma de habitar el mundo y la manera de insertarse en el entorno ecosistémico, como lo ilustran hoy las prácticas consumistas difundidas por un modelo de desarrollo que tiene orientación en el crecimiento económico, la competitividad, la globalización y el libre comercio. Sus implicaciones se materializan en los diversos desajustes perceptibles en fenómenos naturales como el cambio climático, la progresiva perdida de la capa de ozono, la extinción de la biodiversidad mundial, degradación del suelo fértil y de la cubierta vegetal, la constante contaminación el agua dulce o consumible, las limitadas fuentes de energía como el petróleo y el aumento de producción y depósito de desechos contaminantes, entre otros.

Igualmente, estos desajustes se evidencian en fenómenos sociales como el aumento descontrolado de la población humana, los cambios sustanciales en la formas de interacción social influenciadas por los avances tecnológicos e informáticos; la hibridación cultural fomentada por una identidad invisible de diversas manifestaciones folklóricas; los acelerados procesos de urbanización que se expresan en la conformación de centros periféricos de pobreza y miseria, el aumento de la brecha entre ricos y pobres, entre muchas otras.

Fuente:http://1.bp.blogspot.com/_A0npI1VduJM/RlXYf_8SrGI/AAAAAAAAA04/URr41jEnhHI/s1600/trompudo_ricos_pobres.jpg

Según lo anterior, se puede afirmar que son innumerables los impactos que tiene el sistema económico globalizado en la trilogía ser humano/naturaleza/cultura. Esta relación dialéctica se sumerge en un incesante conflicto, donde por un lado las necesidades humanas aumentan proporcionalmente con el desarrollo científico-tecnológico y por el otro, se  agota la capacidad de producción y autoabastecimiento de recursos naturales del mundo que suplan estas múltiples necesidades.

Dice Rodríguez (2005) que “Hoy por hoy, a nivel global, crecen y se agravan problemas comunes como la pobreza, el hambre, las enfermedades, el analfabetismo y el deterioro generalizado de los recursos naturales, muy a pesar de la ‘preocupación’ aparente de todas las naciones, las cuales desde hace mucho tiempo vienen discutiendo, analizando y proponiendo alternativas de solución que hasta ahora no arrojan resultados o avances significativos”. En efecto, la sumatoria de esfuerzos internacionales, nacional y locales no tiene un impacto significativo para aminorar los efectos sociales y ecosistémicos de los programas de liberalización económica; cada día las cifras muestran que la especie humana esta al borde de su propia extinción, estas  arrojan un saldo  de pobreza que se ve agravado por un círculo vicioso de miseria y devastación de recursos, las guerras étnicas, poblaciones sin los mínimos vitales como la alimentación, salud, vivienda digna, acceso a servicios públicos, el analfabetismo, la exclusión de genero, etc. Vale decir que son contrariedades que datan de varias décadas pero que aún hoy en día son propios de la cotidianidad.

Por ello, en corto tiempo la agudización del conflicto socio-ambiental se extiende en el ámbito latinoamericano, puesto que en la década de los 90 se hace tangible por medio de la implantación del modelo neoliberal, donde los objetivos económicos de las organizaciones sociales son direccionados a la competitividad y a la inserción global de las economías nacionales; en otras palabras,  se pone en tensión las expectativas mundiales de desarrollo y las dinámicas sociales y culturales de cada país en América Latina, ya que cada uno de estos países ha vivido históricamente periodos de  invasión y explotación desmedida de recursos naturales, de procesos de aculturación, corrupción y exclusión social; por lo tanto sus desventajas en términos del desarrollo económico y social se hacen notorias al observar su estructura de  sociedad, fundamentalmente en que se ha convertido en una colcha de retazos de diferentes lógicas de desarrollo que moldean sus realidades particulares, en las cuales permanece en el tiempo – aunque constantemente amenazado- su bagaje histórico y cultural.

Por ende, como lo expresa Candamil y López (2004) “todas las comunidades locales debieron asumir nuevos compromisos de gestión tanto para la generación de recursos como en la contribución directa a los procesos de desarrollo regional, en el marco de un mundo en conflicto por las contradicciones evidentes de una iniquitativa globalización económica”.

Se formula una visión de progreso de mediano y largo plazo para una sociedad con tantas dificultades de empleo, limitaciones fiscales, con tantos problemas sociales de miseria y de pobreza como lo es la colombiana. Sin embargo, se presenta como una estrategia eficaz para preparar al país para incorporarse al proceso de la globalización de la economía y del mercado; y al mismo tiempo como un ideal de sociedad que desconoce la realidad socio-ambiental colombiana actual, la cual no tiene las condiciones políticas, fiscales, institucionales, sociales y culturales para adecuarse a este modelo de desarrollo.

Sin embargo, se distingue una visión de desarrollo mediada por el crecimiento económico pues se da relevancia a la inversión pública, a los procesos productivos agropecuarios y forestales, comerciales, competitivos, en los que se incluye la dimensión medioambiental como el aprovechamiento sostenible de la diversidad ecosistemica que reconoce la amplia base rural, la multitud de zonas ecológico-geográficas y sociales como bienes y servicios disponibles para ser usufructuados. En este sentido, se mantiene un discurso político de gobierno encasillado en el crecimiento económico como alternativa ideal para responder a las demandas sociales y medioambientales.

Es indiscutible, que las tensiones sociales, culturales, naturales, políticas y económicas son un fenómeno omnipresente en los diferentes espacios de interacción humana y requieren de la participación activa de los actores sociales para multiplicar esfuerzos que contrarresten la crisis del habitar humano y la interacción con su territorio.

BIBLIOGRAFIA

CANDAMIL, Maria del Socorro, LÓPEZ, Mario Hernán. Los Proyectos Sociales, una herramienta de la gerencia social. Capitulo I, Editorial Universidad de Caldas, Ciencias Jurídicas y Sociales. 2004. p. 9.

RODRÍGUEZ, Pedro Nel. El desarrollo sostenible, ¿posibilidad de mejoramiento de la calidad de vida o utopía para el futuro? Universidad de Caldas. lunazul.ucaldas.edu.co Manizales, 2005-03-22 (Rev. 2005-05-10). p. 1.

TOBASURA, Isaías. Reseña comentada Francisco González, Reflexiones acerca de la relación entre los conceptos: ecosistema, cultura y desarrollo [en línea]. ensayos 1, Bogotá, IDEADE, agosto de 1996.Universidad de Caldas. Disponible en: lunazul.ucaldas.edu.co. Manizales, 2005-02-04 p.2.

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1 thought on “¿Modelo de desarrollo?

  1. Hola Sara:
    Interesante mirada ambiental del desarrollo en el que se parte de las marcadas diferencias entre países y sociedades, o mejor de su heterogeneidad para abordar la solución de sus necesidades. Todo ello cuestiona la homogenización con la cual la globalización basada en el mercado busca imponerse, pasando por encima de culturas, memorias, tradiciones y formas de adaptarse al territorio.
    Definitivamente, otra globalización es posible y deseable. surgida del reconocimiento de la heterogeneidad, la multiculturalidad, la equidad social y un medio ambiente sano.

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