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Otros instrumentos y procesos para planear las dinámicas metropolitanas

Ponencia presentada en el Concejo de Manizales (19 de noviembre de 2023) y Concejo de Chinchiná (20 de diciembre de 2023)

Por Luis Fernando Acebedo Restrepo[1]

Quisiera plantear tres hipótesis y una propuesta acerca de la convocatoria de la gobernación de Caldas para pronunciarnos en torno a la aprobación o no de la constitución de un área metropolitana para la subregión centro sur de Caldas.

Hipótesis 1. Esta es una convocatoria de muy clara estirpe antidemocrática porque no garantiza una amplia participación ciudadana, no existe la posibilidad de elegir por el SI o por el NO de manera informada, no se reconocen los derechos y las garantías de quienes se han organizado como colectivos por el NO y solicitaron reconocimiento oportuno ante la Registraduria Nacional.

La democracia representativa en Colombia está perdiendo cada vez más valor y legitimidad social, así lo demuestra por ejemplo la reforma que se hizo a la ley de áreas metropolitanas (ley 1624 de 2013) mediante la ley orgánica 1993 de 2019 cuyo único interés fue reducir el porcentaje de participación ciudadana, de un 25% a un 5% del censo electoral. Esto equivale a decir que, de las 473 mil personas aptas para votar en la subregión, solo 24 mil podrán decidir por el área metropolitana.

Todo esto se hace más evidente cuando es la gobernación de Caldas la que financia la campaña por el SI y distribuye a sus funcionarios por todo el territorio subregional con ese propósito. No existe aquí ningún equilibrio en términos de garantías electorales, máxime cuando los promotores del NO carecen de financiación pública en igualdad de condiciones, no han sido convocados para garantizarles su participación política porque los delegados de la registraduria nacional también entraron en campaña por el SI.

No en vano existen acciones populares interpuestas ante los jueces, orientadas a que evalúen estas inequidades, paren la consulta popular y garanticen los derechos de las partes intervinientes en igualdad de condiciones. Yo esperaría que en correspondencia con otros antecedentes que han demandado la ausencia de mecanismos claros y concretos de participación ciudadana en asuntos del ordenamiento territorial, los jueces se pronuncien oportunamente para suspender una consulta popular a todas luces antidemocrática. Los jueces podrían ahorrarnos el desgaste político y financiero de esta consulta atropellada en los tiempos, en las garantías electorales y en la debilidad de la participación ciudadana con conocimiento de causa.

Hipótesis 2. Pronunciarse a favor del NO a la conformación del área metropolitana de la subregión centro sur de Caldas no significa negar la necesidad que tiene el territorio de planear los hechos metropolitanos y de asociarse para lograrlo. Mas bien significa que no compartimos el proyecto político y territorial en torno al cual nos han convocado a unirnos y tampoco creemos que el instrumento de área metropolitana sea el adecuado para garantizar justicia ambiental y territorial en medio de las crisis climáticas que hoy padecemos.

Quienes abogamos por el NO en la conformación del área metropolitana no estamos en contra de la asociatividad metropolitana, mucho menos del progreso subregional. Lo que creemos es que el modelo Atkins que nos proponen, formulado desde Inglaterra y concertado con la banca multilateral y la OCDE, mas no con la ciudadanía en los territorios, no representa ni recoge el sentir de las necesidades socio-productivas, culturales y ambientales de los habitantes de los cinco municipios. Las urgencias ambientales de la cuenca del rio Chinchiná como fuente de vida para todos los que habitamos este territorio sin distingos de clase requiere de otros instrumentos más eficaces y democráticos.

Hipótesis 3. Los diferentes proyectos metropolitanos que han desarrollado las élites políticas de Manizales y Caldas para avanzar en el proceso de metropolización durante varias décadas han fracasado, bien sea porque son inviables en el contexto de la división internacional de las economías globalizadas o porque han sido pensadas como imposiciones del centro político hacia la periferia, o porque no han tenido la capacidad de gerenciarlos exitosamente.

El proyecto político territorial que fundamenta la creación del área metropolitana de la subregión centro sur de Caldas es un refrito de los proyectos de especulación de suelo que las élites del empresarialismo urbano de Manizales han defendido desde hace más de 40 años, están incorporados en el POT de Manizales desde hace 20 años y no han sido capaces de ejecutarlos. La razón es muy sencilla, esos proyectos salieron a la venta en los mercados globales buscando socios internacionales que los financiaran y la respuesta hasta ahora ha sido negativa:

  • El gran puerto seco multimodal que implicaba atravesar el Chocó biogeográfico para llegar al puerto marítimo de Tribugá se cayó. Los ambientalistas chocoanos lograron finalmente la declaratoria de Tribugá como “Distrito de Manejo Integrado”. El Km 41 perdió oxigeno como puerto seco.
  • Se rasgaron las vestiduras sustentado la urgencia de tener un aeropuerto internacional de talla mundial y hasta ahora solo tienen para mostrar uno de los lotes más costosos del país por la cantidad de recursos que ha demandado la habilitación de suelo para fines aeroportuarios.
  • Prometieron la ciudad del conocimiento para los jóvenes emprendedores, pero están convirtiendo a nuestros universitarios en obreros digitales de los Call Center. Y ahora vienen por los jóvenes de la subregión.
  • Ofrecieron zona franca y tuvieron que vender a menor precio las inversiones de urbanismo en la zona industrial porque no hubo interés del mercado de maquiladoras.
  • Quisieron resolver el problema del déficit de la vivienda de interés social a través de un macroproyecto y nos dejaron unos lotes abandonados. Entre tanto, muchas familias acuden a la invasión de tierras urbanas para resolver por su cuenta esta necesidad.

Ese sigue siendo el modelo y algunos de los proyectos priorizados para llamar a los municipios vecinos a constituirse en área metropolitana. Ese modelo de desarrollo fracasó. Quiso revivirse en Caldas en las pasadas elecciones con la propuesta “El gran acuerdo por Caldas”, pero también fue derrotado. Aún está vivo en Manizales.

Le hacemos un llamado a los habitantes de la subregión centro sur de Caldas para que no se lo dejen imponer por la vía de la constitución del área metropolitana cuyo propósito es lograr oxigenar esa visión infraestructuralista del desarrollo mediante la creación de una institucionalidad pública supramunicipal hegemónica, centralista y antidemocrática. Lo que buscan es garantizar recursos públicos por transferencias nacionales o endeudamiento externo para financiar negocios privados.

Propuesta: Votar NO al área metropolitana es un mandato para trabajar en otras formas asociativas democráticas que permitan priorizar el agua y la preservación de las cuencas hidrográficas como fuentes de vida.

Votar NO implica que las ciudadanías de la subregión centro sur de Caldas construyan un nuevo proyecto político territorial que surja desde una amplia y cualificada participación colectiva y diversa.

Votar NO es reconocer la existencia de una base productiva local que debe ser cualificada mediante la incorporación de CT&I para la agregación de valor.

Votar NO es potenciar el carácter polinuclear de los asentamientos humanos de la subregión centro sur como una virtud, no como una amenaza. Los municipios de Manizales, Villamaría y Neira podían asociarse por estar localizados en la cuenca media del rio Chinchiná. Estos tres municipios podrían resolver los conflictos de uso que se presentan en la cuenca media y alta, garantizar la seguridad alimentaria y la transformación de alimentos, impulsar el conocimiento y los saberes del territorio de montaña. Chinchiná, Palestina y Santa Rosa de Cabal podrían asociarse para ser otro conglomerado urbano en zonas más bajas, articulados a la cuenca del rio San Eugenio y al rio Cauca, con vocación industrial y cafetera, educación técnica universitaria, turismo de naturaleza y PCC.

Votar NO es emprender nuevas gobernanzas metropolitanas horizontales y democráticas del territorio basado en las cuencas, con respeto por las autonomías municipales como base de nuestro ordenamiento jurídico.

Votar NO es co-construir un laboratorio de innovación en gobernanzas metropolitanas para que las “insurgencias de las provincias” como lo proponían los maestros Ernesto Guhl y Orlando Fals Borda construyan iniciativas populares para reglamentar los instrumentos de asociatividad democráticos que aún están pendientes.

«También debemos ser capaces de burlarnos de las fronteras, de todas ellas, como un esfuerzo de salud mental colectiva»  (Fals Borda, Orlando,1988).

[1] Arquitecto, magister en Urbanismo, Doctor en Urbanismo. Profesor Titular de la Universidad Nacional de Colombia

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