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LA CULTURA REGIONAL COMO INGREDIENTE FUNDAMENTAL DE LOS TERRITORIOS DEL CONOCIMIENTO

Por: Andrés Felipe Grisales Sánchez

Estudiante Maestría en Medio Ambiente y Desarrollo
Universidad Nacional de Colombia – Sede Manizales

En un tiempo en el que los límites que permiten la interrelación entre las personas ya no son como antes, es decir, no son geográficos, estas personas se enfrentan a otras barreras muy aparte del hecho de poder ir a un lugar determinado o comunicarse con una persona o entidad. Dichas barreras pueden ser económicas, sociales o culturales, pero lo que si es posible decir es que de ningún modo son tecnológicas. Este hecho de tener más posibilidades tecnológicas en la actualidad nos brinda mayores herramientas para actuar, trabajar, entretenernos y en general vivir.

El municipio, la región o el país en el que vivimos es un lugar de potencialidades inmensas si logramos utilizar y aprovechar los avances tecnológicos y científicos actuales. Lo que requerimos es conocernos a nosotros mismos, conocer nuestras fortalezas naturales y tener conciencia de nuestras debilidades también, para poder planificar sensatamente nuestra región.  Los asuntos económicos, políticos y sociales a nivel nacional e internacional deben tenerse en cuenta por supuesto, pero lo que no se debe dejar olvidar es tener como objetivo primario lo local y después lo externo o global.

Teniendo en cuenta que la ciudad o el territorio se puede asimilar a un sistema u organismo complejo, compuesto por muchos y variados organismos  más pequeños, y que de igual forma hace parte, junto con otros sistemas, de un sistema mucho mayor, podemos verificar así que para el sostenimiento adecuado del territorio se  requerirá tener en cuenta todo lo que ocurre a nivel de los territorios mayores y menores. Por ejemplo, si lo que nos preocupa es el desarrollo o el sostenimiento de nuestra ciudad, debemos estar atentos a lo que ofrecen y demandan nuestros barrios y comunas y a la vez examinar lo que se ofrece y se  demanda en nuestro departamento, país o inclusive a nivel mundial. Esto es, observar e integrar el mundo entero, es un abordaje holístico del problema, es lo que buscan o deben buscar las ciudades o territorios actuales del conocimiento.

Aquellas ciudades que basan su economía y cultura en aquello que no es autóctono u originario de su región y que a la vez no generan una economía propia real, son ciudades sin cimientos firmes para su sostenibilidad.  Un territorio del conocimiento debe ser un territorio con conciencia no solo moral sino también económica, social y cultural. En nuestro país no observamos niveles aceptables de este tipo de conciencia, pues como ejemplo, nunca se dieron cuenta o nunca prestaron atención al hecho de que era urgente reordenar el territorio y fortalecer las vías urbano-regionales de tal forma que hubiera agilidad entre el campo y la ciudad como una de las herramientas indispensables para afrontar por lo menos dignamente los nuevos tratados de libre comercio.

Hablando ya de las fortalezas naturales de nuestra región habría que preguntarnos, ¿somos buenos en la agricultura, en la minería, en los servicios?, y sin lugar a dudas el producto que nos identifica es el café, no es sino decir de qué región estamos hablando: “región cafetera” y si esto no es suficiente mirémonos en un marco mundial, en donde Colombia se encuentra dentro de los países productores de café en el tercer lugar. Esto es una gran área de trabajo dentro del territorio del conocimiento a conformar, pero no es el único, considerando además que esta tierra es muy rica para producir los alimentos necesarios para nuestro propio sustento regional.

Nuestra región y cualquier región se aproximará a ser un territorio del conocimiento en la medida en que cooperen aquellos que hacen con los que saben, el gobierno con la academia, cuando se actúe con fuerza tanto para los asuntos externos (fuerza exógena) como para los internos (fuerza endógena).

Pensando el tema de región y observando alrededor del mundo vemos cómo en el momento existe un territorio ya conformado que se tambalea y en ocasiones se escuchan rumores de división, estoy hablando de la Unión Europea en donde los problemas económicos graves de algunos de sus países han puesto a meditar a muchos si en realidad todos los integrantes de esta unión sí son europeos, aunque lo parezcan porque se encuentran en el mismo continente.  Una reflexión a la que se llega es que existen países dentro de esta unión, con una cultura tan diferente que no parecen o no están por decirlo así, en la misma onda de los países más desarrollados de Europa (Alemania, Francia e Inglaterra). Teniendo en cuenta lo anterior podemos decir que los problemas de la “región” de Europa no son financieros, ni son geográficos, son más bien culturales.

Unión Europea                                                                     Región Eje Cafetero

El anterior ejemplo, nos hace caer en cuenta entonces que para desarrollar y sostener un territorio o ciudad del conocimiento en nuestra región, necesitamos además cambiar o mejorar la cultura de todos quienes vivimos en esta, nuestra región cafetera.

Los límites ya no son como antes, límites geográficos, son límites mentales.

REFERENCIAS:

LUZON Benedicto, José Luis, STADEL, Christoph, BORGES, Cesar.   Transformaciones regionales y urbanas en Europa y America Latina.  Publicacions Universitat de Barcelona. Barcelona. 2003.

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