La Ciudad en la Prensa

Del Eje Cafetero a la RAP del Pacífico

Por: Gonzalo Duque Escobar. Profesor Universidad Nacional de Colombia.

Publicado en el diario La Patria (14/03/2016)

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Hace un siglo, con la creación de la Sociedad de Mejoras Públicas (1912), la Cámara de Comercio (1913) y la Federación Nacional de Cafeteros (1927), no sólo como consecuencia del café sino también de la creación del Departamento de Caldas (1905), logró Manizales un desarrollo institucional que le permitió contar con una infraestructura estratégica para exportar el café, como el Cable Aéreo Manizales Mariquitita construido por los ingleses (1913-1922) y el Ferrocarril de Caldas como obra pública de la Nación, inicialmente uniendo a Cartago y Pereira (1916-1920) y luego a Pereira y Manizales (1924-1927).

Desde mediados de siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, mientras la actividad agraria era la generadora del empleo en Colombia, con la rubiácea en nuestras montañas se crean mejores condiciones de vida en la región, luego de que la producción cafetalera colombiana se expandiera entre 1880 y 1900 sobre las haciendas de Santander y Cundinamarca, y de que al cerrar ese siglo alcanza a representar dos terceras partes de las exportaciones colombianas: terminada la Guerra de los Mil Días (1899-1903), no sólo detona la produción de café sobre la ruta de la colonización favorecida por la nueva estructura productiva capitalista implementada en estas tierras y por el comercio exterior, sino que también florece la economía de esta comarca, como una consecuencia de la reforma político-administrativa del general Rafael Reyes.

Si en 1905, cuando la población del país era de 4,5 millones de habitantes y el café representaba el 39% de las exportaciones, conforme palidece el modelo de servidumbre en las grandes haciendas cafetaleras señaladas, y florece la economía campesina y de aparceros en la Ecorregión Cafetera, hacia la década de los años veinte, gracias al “grano de oro” el meridiano económico, político y cultural de Colombia pasa por Manizales; no obstante tras la implementación del Estado Keynesiano, por la migración de capitales y empresarios a la capital, y una racionalidad propia de terratenientes sumada al precario desarrollo de la academia, no logramos la industrialización que pudo lograr Medellín para mediados del siglo XX.

Pero al constatar los efectos de la crisis cafetera causada por el deterioro de los términos de intercambio y al sufrir los procesos de desindustrialización de la región -que condujeron a la pérdida de varias empresas emblemáticas y a las altas tasas de desempleo frente al país, así como a la creciente brecha en la participación del PIB anunciando la caída de nuestra contribución a la económica nacional durante las últimas décadas-, se deben abordar preguntas desde la planificación, como estas: ¿bajo qué condiciones podríamos desarrollar nuestro territorio y cómo asociarnos para crear escenarios de crecimiento relativo?

De conformidad con las propuestas presentadas por el Catedrático Hernán Roberto Meneses, en reunión del Comité de Ecorregión celebrada en la UTP el pasado miércoles, los tres departamentos del Eje Cafetero deberían actuar como un territorio coherente para aprovechar los beneficios de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial LOOT, integrándose a una Región Administrativa y de Planeación RAP, diferente a la RAP Eje Cafetero creada por Planeación Nacional, donde nos asocian con Antioquia. En este nuevo arreglo asociativo, conformado por los departamentos de Colombia con costa sobre el Pacífico, los tres departamentos del Eje Cafetero actuando al tiempo como subregión tendrían eco frente al nivel nacional, al alcanzar masa crítica suficiente en términos demográficos, de tamaño geográfico y de participación en el PIB para interactuar con del Estado, lo que no encontramos sumados con Antioquia al estar en desventaja frente a las RAP de otras regiones.

Esta RAP Pacífico con la cual le apostaríamos a la gran cuenca del océano donde se establece la economía planetaria y con la que tendríamos mayor eco para materializar nuestra infraestructura de transporte, sería comparable a la RAP de los departamentos del Caribe a la cual Antioquia le ha apostado para fortalecer sus desarrollos en Urabá, al igual que lo ha hecho el Tolima vinculándose a la RAP Especial de la región Centro que incluye a Bogotá con sus ventajas como Distrito Especial, puesto que de acuerdo a la LOOT 1454 de 2011 fuera de dicha vía asociativa, desde la planificación no existe otra vía para cerrar las brechas existentes entre los niveles nacional y departamental.

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