La Ciudad en la Prensa

Construir nuevos consensos socio-espaciales

Los jóvenes de Manizales, Colombia y el mundo, buscan nuevos rumbos políticos y sociales ante la crisis generalizada de la economía de libre mercado. Foto Acebedo.

Por Luis Acebedo. Profesor Universidad Nacional de Colombia.

En Manizales y Caldas están pasando cosas muy importantes en materia de participación ciudadana, orientadas a dejar atrás las cuestionadas prácticas políticas tan arraigadas en los poderes locales y regionales. Las elecciones presidenciales y las parlamentarias, junto con la consulta anticorrupción, marcaron hitos destacados en los deseos de cambio que están buscando sectores cada vez más creciente de la sociedad. Los resultados electorales en estos procesos eleccionarios cívicos y políticos son inéditos por su amplia participación a favor de transformaciones democráticas.

Así mismo, las expresiones ciudadanas organizadas y cualificadas en torno a los temas del ordenamiento territorial de Manizales o las más recientes movilizaciones por la defensa de la educación pública y el incremento del presupuesto para las universidades, entre otras expresiones ciudadanas, dan cuenta de un deseo creciente de diferentes sectores de la sociedad para dejar de ser sujetos pasivos y convertirse en protagonistas de cambios democráticos.

Todo esto ha sido posible también por la consolidación de procesos de unidad amplios de ciudadanos, organizaciones sociales y gremiales, movimientos y partidos políticos que entienden cada vez más la importancia de redefinir un proyecto claro de ciudad y territorio que unifique y dirima conflictos, muchas veces generados por la improvisación en las esferas de gobierno.

Este acumulado social y político debería consolidarse en una amplia participación en los procesos electorales del 2019, a favor de las transformaciones democráticas que la ciudad de Manizales y el departamento de Caldas buscan afanosamente.

Se percibe en la ciudadanía un enorme temor a las señales de consolidación del clientelismo y la corrupción en el escenario de lo público, reciclando un pasado que nadie con mínima responsabilidad social quisiera repetir. Por eso, hay diferentes sectores de opinión que buscan unir esfuerzos y voluntades para que esto no suceda, abriendo una nueva etapa de transformaciones consensuadas que le permitan a Manizales y Caldas salir de las crisis recurrentes y emprender el camino para la recuperación social, ambiental y productiva mil veces aplazada.

La decepción de amplios sectores de la sociedad con el inicio del gobierno de Iván Duque promoviendo guerras ajenas en un país descuadernado internamente, han aumentado esos anhelos de cambio, porque de confrontaciones armadas entre civiles ya tenemos suficiente como para sumarle ahora el ruido de sables entre estados hermanos.

Las tareas más urgentes que como habitantes de Manizales deberíamos emprender son:

No desfallecer en la lucha anticorrupción, presente en las relaciones entre el Estado y los particulares, como base para construir una nueva gobernanza con participación, transparencia, veeduría y participación ciudadana en los procesos de contratación pública.

Recuperar el sentido de lo público y lo colectivo -más allá de lo estatal- como principio básico de las relaciones sociales y de una equilibrada articulación entre Estado y mercado.

Fortalecer institucionalmente el gobierno de la ciudad, no tanto en cantidad como en calidad, basado en la descentralización y la promoción de relaciones armónicas con la ciudadanía, en busca de eficiencia, eficacia y transparencia.

Recuperar el valor de la planeación de corto, mediano y largo plazo como instrumento para lograr resultados crecientes y acumulativos, evitando girar sobre lo mismo, que desgasta y desmotiva.

Avanzar en políticas y prácticas ambientales que garanticen la sustentabilidad del territorio y la mitigación del cambio climático.

Impulsar proyectos estratégicos desde el punto de vista cultural y económico que han sido mil veces aplazados por asignaciones presupuestales improvisadas en áreas no estratégicas, en desmedro de lo verdaderamente trascendente como los proyectos de Manizales ciudad educadora, de aprendizaje y conocimiento; movilidad sostenible, consolidación de la Estructura Ecológica Principal; soberanía y seguridad alimentaria, revitalización del centro histórico y tradicional, mejoramientos barriales, entre otros.

Promover un diálogo ciudadano amplio, multisectorial y multiescalar que fortalezca los procesos de participación ciudadana directa y la organización social para encontrar un nuevo norte para el municipio, el departamento y la región. Se hace necesario repensar los imaginarios de regionalización y metropolización en un sentido de asociatividad territorial que permita sumar, más que fragmentar o imponer. Hay que privilegiar los amplios consensos ciudadanos sobre el pacto de élites gremiales y políticas que tanto han debilitado a la región en el contexto nacional.

Cooperar será siempre más sinérgico que competir.

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