Artículos y Publicaciones / Últimos Artículos

Reflexiones en torno a los retos del Progresismo en América Latina

 

Desfile del Primero de Mayo de 2025 en Manizales, Colombia

Por: Luis Fernando Acebedo Restrepo

(Profesor Titular de la Universidad Nacional de Colombia)

Introducción: 

Estas notas fueron presentadas en el Conversatorio “Progresismo 2.0: Nuevos paradigmas para la transformación social desde la perspectiva del ser humano”, realizado el 28 de febrero de 2025 en Manizales (Colombia). Compartir estas ideas con otros excelentes contertulios de la talla de la abogada Elda Sorel Restrepo y el agrónomo Carlos Fidel Simancas, me permitieron ampliar el horizonte de las primeras ideas planteadas con los diálogos tripartitas que sostuvimos. 

Orígenes del Progresismo:

Los orígenes del progresismo como corriente política tienen sus raíces principalmente en el siglo XIX como respuesta a las condiciones sociales y económicas generadas por la revolución industrial. Europa como cuna de esas grandes transformaciones, abrió una enorme esperanza en la capacidad humana para vencer todos los obstáculos a partir de los avances científico-técnicos de la época. El capitalismo encontró unas posibilidades inmensas de crecimiento, pero también florecieron ideas que permitieron entender con espíritu crítico las principales características y limitaciones de esta formación social. De allí surgieron nuevas búsquedas de libertad para el proletariado que se estaba formando: los socialismos utópicos y científicos, la profundización de la democracia burguesa, las ideas socialdemócratas, entre otras corrientes de pensamiento que buscaban ofrecer un mundo mejor para los trabajadores y sus familias, el reconocimiento de los derechos sociales, políticos y económicos, y en general, lo que se llamó los derechos de primera generación, a partir de las consignas de “Igualdad, solidaridad, fraternidad. 

No hay una corriente ideológica específica para definir el progresismo: se le considera progresistas a personajes tan disímiles como Fourier, Saint Simon o Ildelfonso Cerdá desde las utopias socialistas que buscaban integrar a burgueses y proletarios en un proyecto socio-político y espacial en Europa, pasando por Lincoln o Roosevelt con sus proclamaciones a derechos civiles o la búsqueda de soluciones a los problemas de la industrialización, la urbanización, la inmigración y la corrupción política en EEUU; o Antonio Nariño, Gaitán, Allende, entre otras figuras de América Latina que promovieron los derechos humanos, el liberalismo radical o el socialismo democrático.

Progresismo en América Latina: En América Latina el progresismo se consolidó electoralmente al finalizar el siglo XX como respuesta al neoliberalismo. Uruguay, Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia y Venezuela han tenido gobiernos progresistas desde entonces, en un ir y venir de disputas con las corrientes más conservadoras del libre mercado. Se trataba de gobiernos que buscan implementar políticas antineoliberales, enfocadas en la recuperación del espacio público (político y físico), el anti-imperialismo, la soberanía nacional, el desarrollismo con enfoque en la distribución de la riqueza y los derechos sociales.  También se les conoció como neo-desarrollistas o promotores de la teoría de la dependencia. Figuras como Anibal Quijano en Perú o Fernando Cardozo en Brasil, fueron exponentes importantes de estas corrientes progresistas, entre otros; el primero inspirado en el marxismo, y el segundo desde posturas más socialdemócratas. De estos debates surgieron aportes muy importantes para mejorar la independencia regional, mediante el fortalecimiento de instituciones regionales alternativas al Banco Mundial y el FMI, quienes trazaban -y aún lo siguen haciendo- las directrices económicas y políticas para los países de menor desarrollo, considerados en su momento como dependientes del imperialismo norteamericano.

Si hubiese que enmarcar el progresismo en alguna corriente política, sería el reformismo o la socialdemocracia o el liberalismo radical, los que mejor podrían definir sus búsquedas ideológicas. Desde la perspectiva dicotómica de izquierda-derecha, es una corriente mayoritariamente definida como de centro-izquierda. 

El progresismo también se ha caracterizado por copar el espacio electoral como uno de sus indicadores de triunfo político. La lucha parlamentaria y la conquista de la representación presidencial han sido sus principales objetivos. En este sentido, las formas de organización del progresismo son mucho más abiertas, flexibles que las de los partidos políticos de izquierda. En algunos casos se acude a la noción de pueblo para enmarcar una relación directa entre el líder y las bases sociales, sin mediaciones organizativas de carácter político

Característica de los gobiernos progresistas en América Latina, desde comienzos del siglo XXI

Son varias las características reformistas que han tenido los gobiernos progresistas en América Latina en lo que va corrido de este siglo. Una muy importante ha sido la lucha por la reforma a las constituciones: En Bolivia, se avanzó en una constitución plurinacional durante el periodo de Evo Morales; en Ecuador se impulsó la llamada “revolución ciudadana” la por vía de reformas constitucionales. En Venezuela, se han realizado varias reformas constitucionales. En 1999 se estableció el Estado federal democrático y social de derecho y justicia, en 2007 se rechazó una nueva reforma por referéndum, en 2009 se aprobó la reelección indefinida de cargos públicos; en México, se han logrado reformas importantes como mecanismos de democracia directa, consultas populares, derechos humanos, justicia penal y seguridad, protección de derechos a grupos vulnerables, entre otros.

Durante los gobiernos progresistas, se ha fortalecido el rol estratégico del estado, se busca establecer un mayor equilibrio entre el liberalismo económico y el estado social de derecho, una relación capital privado y público más equilibrado. Hay un mayor énfasis y priorización del mercado interno y se promueve una mayor industrialización. Se mantienen políticas estrictas de control del gasto y deuda pública (renegociación de deuda).

Tal vez uno de los temas más conflictivos del progresismo ha sido la política de explotación de recursos naturales. Algunos lo llaman neo-extractivismo y se caracteriza por un incremento de los conflictos con los pueblos originarios.: Venezuela con el Arco Minero del Orinoco. Ecuador con el proyecto minero Papantza-San Carlos y el Mirador (Provincia de Morona Santiago y Zamora-Chinchipe). En Bolivia, con las hidroeléctricas en departamento de La Paz y Santa Cruz; el control de la extracción de litio provocó un golpe de estado en ese país. México, con megaproyectos energéticos e infraestructura (Refineria de Dos Bocas, Tren Maya, aeropuerto General Felipe Angeles a 45 minutos del Benito Juárez).

El gobierno progresista de Gustavo Petro en Colombia se ha diferenciado de esas experiencias en cuanto a su concepción sobre lo ambiental, particularmente en relación con la vida en el planeta, el cambio de fuentes de energías fósiles hacia energías limpias. La apelación a la movilización constante del “pueblo” para la defensa de los derechos políticos, económicos y sociales es un rasgo característico de su gobierno. 

Desafíos del progresismo:

    • Capacidad para superar el capitalismo y el neoliberalismo. El progresismo no ha propuesto hasta ahora un cambio de modelo socioeconómico, lo cual ha permitido que las transformaciones alcanzadas se realicen en connivencia con la democracia burguesa y el neoliberalismo económico. Algunos se inclinan mas por la economía social de mercado, otros por el llamado socialismo democrático. 
    • Diferenciarse del asistencialismo neoliberal mediante la recuperación de la productividad. Uno de los mayores retos del progresismo es superar el asistencialismo de los gobiernos neoliberales que busca evitar la lumpen-proletarización de los sectores sociales más perjudicados por el modelo económico expropiador. Se requiere avanzar en estrategias de reindustrialización e incremento de la productividad del campo para aumentar empleos reales, autoabastecimiento, seguridad y soberanía alimentaria. 
    • Profundizar la lucha contra el neoliberalismo-extractivismo implica un cambio en el modelo económico, políticas más agresivas de protección de los ecosistemas estratégicos, protección de derechos de comunidades originarias y raizales, entre otras medidas.
    • Tocar a fondo el problema de la corrupción. En algunos casos se convive con ella. La corrupción es uno de los males más dañinos para la sociedad y un enorme desafío para garantizar la gobernabilidad de los proyectos alternativos.
  • Alejarse del individualismo, el autoritarismo y el cultivo a la personalidad. La noción de pueblo o de multitud para establecer relaciones entre gobierno y bases, mina la posibilidad de contar con organizaciones sociales y políticas sólidas que garanticen y sostengan las transformaciones democráticas profundas que desbrocen los caminos hacia procesos más sólidos de poder popular eficaz. El cultivo a la personalidad conduce a salidas autoritarias en tanto se le atribuye al líder poderes excepcionales para dirigir los destinos de las mayorías. 
  • Avanzar en el reconocimiento pleno de los gobiernos y autonomías de pueblos originarios y afro descendientes. En América Latina existe una deuda histórica con las minorías étnicas y las comunidades indígenas que se requiere saldar, así como entender los cambios que se han producido en la clase obrera por cuenta de las TIC, que han incrementado la sobre explotación laboral, destruido las formas de organización sindical y la identidad de clase.
    • Garantizar la aplicación efectiva de los derechos de las mujeres y población LGTBIQ+ pasando por lograr protección y justicia efectiva frente a los casos de violación, feminicidio, discriminación.
  • Los temas del ordenamiento territorial de país o de región o de red de ciudades, aún son débiles. La reforma agraria y urbana siguen siendo una alternativa para la superación de las contradicciones del modelo de explotación neoliberal. Un nuevo ordenamiento territorial con base en el reconocimiento de las dinámicas sociales, productivas y culturales que han cambiado desde la constitución como república independiente, hace parte de las tareas liberadoras y de un nuevo equilibrio regional que promueva el carácter policéntrico descentralizado. 
  • Superar concepciones antropocentristas hacia el reconocimiento de la la vida en sus diferentes formas (ecología política, Buen vivir, Abya Yala). Nuevas relaciones de integración con la naturaleza.

 

Share

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.