El proyecto Parque de las Mascotas del barrio La Enea
Por Luis Fernando Acebedo Restrepo (*)
(*) Arquitecto, Magister y Doctor en Urbanismo, Profesor Titular de la Universidad Nacional de Colombia.

El proyecto parque de Las Mascotas del barrio La Enea se convirtió en una disputa entre dos visiones de pensar y hacer ciudad: la visión del mercado inmobiliario que promueve la administración municipal, orientado a rentabilizar cada metro cuadrado urbanizable; y la visión de la ciudadanía, interesada en la calidad de vida colectiva y un ambiente sano. Lo interesante es que por donde va “el gobierno en la calle”¹ prometiendo inversiones basadas en la tala de árboles, la impermeabilización de suelos con concreto y la construcción de locales comerciales en el espacio público, aparecen grupos de ciudadanos en resistencia que defienden la vida de las diferentes especies, la protección de los árboles y las zonas verdes como pulmones para garantizar un mejor aire respirable y un buen vivir en armonía con la naturaleza.
El conflicto generado entre administración municipal y habitantes del barrio La Enea en torno a la transformación del parque ha sido una buena oportunidad para reflexionar sobre las nuevas maneras de intervenir los espacios públicos en medio de una época amenazada por los efectos del cambio climático, la promoción de virus y enfermedades, las islas de calor que nos deja el urbanismo del concreto.
Del “gobierno en la calle” al urbanismo participativo
Quise pasar revista al proyecto de diseño urbano del parque de Las Mascotas. Revisé los documentos que la administración municipal compartió sobre el análisis urbanístico del Parque de La Enea, a saber:
- Manual de espacio público Parque de Las Mascotas
- Memoria descriptiva arquitectónica Parque de Las Mascotas
- Parque de las Mascotas La Enea
- PDMM URB RVT V7 161224
Si bien es cierto son documentos importantes que permiten identificar las problemáticas y oportunidades para una intervención como la que se propone, resultan insuficientes para tomar decisiones informadas sobre la intervención más apropiada para el futuro del parque público y abierto más importante de La Enea. Esta afirmación se soporta en varias consideraciones:
– Los estudios que soportan el proyecto fueron realizados por ejercicios académicos con estudiantes de Arquitectura. Es claro que, en tanto los estudiantes están en procesos formativos, no pueden tener bajo su responsabilidad el análisis de todas las variables que intervienen dentro de un proyecto profesional. De hecho, sus indagaciones partieron de sus posibilidades de aplicar algunos instrumentos como las encuestas y la observación en terreno para realizar inventarios, pero sería deber de la administración municipal entregar los insumos suficientes para tomar decisiones en propiedad. Sobresalen por su ausencia los estudios de suelos, movilidad, paisaje y arbolado, usos del suelo, demografía, entre otros.
– Con base en la información limitada a disposición de los estudiantes, se llegaron a algunas conclusiones que no pueden soportarse científicamente. Se afirma, por ejemplo, que el parque es “un área previamente segregada y poco utilizada” Los habitantes del barrio La Enea, por el contrario, sostienen que es un parque muy utilizado por toda la comunidad en diferentes horas del día. Hay una encuesta que no tiene los soportes técnicos para considerarla válida. Seguramente, puede considerarse como un insumo de trabajo, pero también puede inducir a errores en la toma de decisiones.
– Esta encuesta, parece ser la que se tomó en consideración para tratar de responder a las diferentes demandas espaciales que allí se proponen. El proyecto comete una falla en mi opinión y es que no jerarquiza la información para tratar de hacer una síntesis de las posibilidades de intervención, lo cual llevó a plantear dentro del proyecto una densidad muy alta de actividades y usos recreativos que ponen en riesgo la principal cualidad del parque actual: su carácter verde en medio de un barrio de alta densidad habitacional y un urbanismo de muy baja oferta de espacios públicos verdes. De hecho, según la información de la ERUM que maneja cifras muy diferentes y contradictorias entre sí, sin tomar una postura definitiva al respecto, el parque tendría 1.2 hectáreas de las cuales 0,5 hectáreas corresponden a zonas verdes, es decir que en la actualidad, más de la mitad del parque está ocupada por edificios que albergan algunos equipamientos y servicios comunitarios. La visita de campo permite observar que tales edificios se encuentran en regular estado de mantenimiento.
Dicho lo anterior, debe eximirse de responsabilidad a la academia, puesto que su interés fue aportar a posibles soluciones de espacio público para el barrio La Enea desde sus limitadas posibilidades de acceso a la información y haciendo uso del proceso formativo de los estudiantes organizados en un semillero de investigación.
De igual manera, debe cuestionarse a la administración municipal por tomar un ejercicio académico como insumo principal para tomar decisiones, presentándolo como un Documento Técnico de Soporte, cuando no lo es. Y sobre esa base, pretender ahorrarse los estudios técnicos que merece una intervención arquitectónica y urbanística como la que se propone, haciendo uso de los equipos profesionales y técnicos necesarios e idóneos para garantizar una obra de calidad.
La participación ciudadana en estos procesos debe hacerse desde el inicio del proyecto y no como medio de socialización de las decisiones tomadas a puerta cerrada.
Un análisis urbanístico de la propuesta permite advertir sobre varios asuntos que resultan alarmantes y pueden poner en riesgo la ejecución y éxito del proyecto:
1. No se valoró la importancia de una especie de acuífero que brota a la superficie desde la mitad del parque y baja hasta la carrera 35, principal vía de acceso al barrio La Enea.

La intervención que se propone, podría poner en peligro este manantial al ignorar sus características, atravesar zonas duras como aceras y localizar juegos infantiles o amoblamiento urbano. No se sabe con precisión por qué brotan esas aguas, a qué profundidad se encuentran, de dónde vienen, etc, lo cierto del caso es que este manantial está fuertemente anclado en la memoria y los símbolos de la comunidad, puesto que fue uno de los lugares donde los habitantes de la Enea pudieron abastecerse de agua en el período donde la ciudad se quedó sin el vital líquido después de la ola invernal en 2010-2011. Un estudio detallado de sus características permitiría determinar el tipo de tratamiento que merece, su protección adecuada y el uso de plantas apropiadas para las características de una zona húmeda. Dentro de la propuesta de diseño del parque, este manantial podría convertirse, incluso, en una determinante de diseño muy importante a valorar dentro del proyecto, pero esto no sucede.
2. La propuesta de diseño urbanístico ignora por completo los equipamientos que existen en la parte alta del parque, como si no fueran parte de él.
La intervención del parque sería una oportunidad maravillosa para revalorar estas edificaciones, los usos y sus fachadas para integrarlas como parte del parque. La biblioteca, por ejemplo, podría convertirse en un lugar de encuentro a través de una plazoleta que aprovecha la disposición de la edificación en “L”; el edificio que alberga el uso de la salud, podría ser remodelado para ofrecer servicios hacia el parque, algunos de carácter comercial, para brindar una fachada atractiva y útil en este sector. En general, hay un gran potencial para detener el deterioro progresivo de todas las edificaciones de la parte alta, mediante procesos de remodelación, que posibiliten su integración al parque y la apertura de nuevos usos complementarios a la dinámica del parque. Esas edificaciones también son parte del espacio público efectivo. Sin embargo, la propuesta elude cualquier tipo de intervención sobre estas edificaciones y prefiere seguir aumentando el área construida con nuevos locales comerciales, disminuyendo a menos del 50% el área verde del parque.

En tanto no existen estudios de movilidad, el proyecto propone, sin sustento, la apertura de nuevas bahías de parqueo que implican disminuir el área del parque en la calle 97 y carrera 36. En el primer caso implica tumbar especies arbóreas existentes.
Sin embargo, habría que caracterizar las secciones de vías, las rutas de buses, paraderos e impacto sobre las zonas residenciales, para identificar la pertinencia y el diseño de posibles zonas de parqueo sobre las vías, porque cada una de las calles que bordea el parque tiene características muy disímiles que no admiten soluciones homogéneas. Esto tendría que partir del análisis de los impactos que tienen estas bahías de parqueo en los últimos diseños del eje principal de acceso al barrio La Enea (carrera 35), especialmente en el costado norte, donde los vehículos no respetan las zonas de parqueo, generan serios conflictos en la movilidad, invaden un carril previsto para la circulación, limitan el tránsito peatonal al reducir la sección de la acera, entre otras características que cuestionan la eficiencia de las bahías de parqueo en determinados contextos.
Igual análisis habría que hacer sobre la conveniencia de las bahías de parqueo sobre la calle 98, al costado oriental del parque de la Enea, puesto que no cumplen con las dimensiones mínimas y su localización genera conflictos recurrentes de movilidad sobre una vía de tránsito de vehículos y busetas. Pero esta problemática no se aborda en las alternativas de solución.

3. No hay un inventario completo de especies arbóreas y su geolocalización cartográfica. Esto impide dimensionar las implicaciones que puedan tener los nuevos trazados peatonales y los nuevos usos sobre el parque en la supervivencia de los árboles. Adicionalmente, la inexistencia de un estudio paisajístico impide aprovechar las posibilidades para hacer tratamientos paisajísticos, de jardinería, siembra de nuevas especies que apoyen el diseño urbano, faciliten sombras o más luminosidad en ciertos espacios, promuevan la llegada de especies voladoras que puedan conectar con los corredores biológicos aledaños, o proteja el área del manantial, etc.
4. No se considera conveniente la promoción de nuevos locales comerciales dentro del parque porque disminuyen el área verde, fraccionan la integralidad del espacio, contribuyen a la privatización de ciertas áreas, cierran visuales paisajísticas y refuerzan el aislamiento de los edificios existentes dentro del parque. Como alternativa, se sugiere que las edificaciones existentes provean nuevos espacios mediante procesos de remodelación que faciliten la integración de los mismos a las dinámicas del parque.
Esta propuesta de diseño del parque que se impuso como resultado de procesos de “socialización” del “gobierno en la calle”, dista mucho de un ejercicio de diseño participativo en donde las comunidades se involucran en las diferentes fases de diagnóstico, formulación e incluso construcción del proyecto. El primero se impuso con falsas reuniones en donde solo asistieron los amigos del gobierno; el segundo surgió como reacción al conocimiento crítico de un proyecto impuesto, convocó a reuniones múltiples para hacer observaciones no tenidas en cuenta por los funcionarios gubernamentales , lo cual obligó a la movilización social por la defensa de los principales atributos del parque.
Ambas posturas se enfrentaron sin posibilidad de llegar a acuerdos porque la administración municipal prefirió continuar su estrategia de falsificación de consensos al llevar a sus funcionarios a una marcha en defensa del proyecto institucional, con refrigerios, pancartas, megáfonos y descalificaciones de los líderes barriales, acusándolos de tener interés políticos y electorales e intentando deslegitimar sus luchas mediante acusaciones temerarias de pertenecer a organizaciones de izquierda como si ello fuera un delito en un Estado democrático. Y para rematar hicieron uso indebido y abusivo de la fuerza pública para forzar el inicio de las obras.
Por todo lo anterior, el conflicto escaló a las instancias judiciales mediante acciones populares que permitan habilitar espacios de participación reales y consensos efectivos.
Decidí respaldar estas acciones para solicitarle a los jueces de la República que intervengan para garantizar lo siguiente:
a. Se realicen los estudios técnico-científicos pertinentes en materia de caracterización del manantial, inventario de especies arbóreas, estudio de movilidad, evaluación del estado de las construcciones de las edificaciones existentes dentro del parque, estudio de indicador de espacio público efectivo y de áreas verdes del barrio La Enea.
b. Se detengan las obras de intervención del parque hasta tanto no se realicen los estudios técnico-científicos.
c. Declarar medidas cautelares para la protección del manantial y la preservación de las especies arbóreas existentes en el parque, hasta tanto no se entreguen los estudios y se realicen los análisis correspondientes.
d. Garantizar los derechos a la participación ciudadana real y efectiva de los habitantes del barrio La Enea en los diseños del parque, dado que hasta la fecha sólo se han realizado procesos de socialización de los diseños presentados por la Alcaldía, pero sin posibilidades de recibir propuestas de ajustes. Esto es especialmente importante por cuanto existe una alta sensibilidad de la comunidad en la protección del área verde del parque y del manantial, fuertemente incorporados en la memoria y la apropiación colectiva de los habitantes.
e. Investigar las actuaciones de la administración municipal, especialmente en el uso indebido de la fuerza pública.
¹ Slogan que define el plan de desarrollo del actual alcalde Jorge Eduardo Rojas