Caleidoscopios Urbanos

Mérida: universidad + parque tecnológico + zona libre.

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Localización de la ZOLCCYT en el Estado de Mérica. Fuente: ZOLCCYT, 2006

Por: Luis Fdo. Acebedo R.

En Venezuela se desarrollan varios proyectos relacionados con Parques Tecnológicos: En Caracas, la Universidad Simón Bolívar impulsa con empresas del sector privado el Parque Tecnológico de Sartenejas; en Mérida, la Universidad de Los Andes (ULA) hace lo propio con el Parque Tecnológico de Mérida; también hay experiencias en Barquisimeto y en Maracaibo, esta última con la Universidad del Zulia.

La experiencia más relevante y consolidada de este país es, sin duda, la de Mérida, una ciudad intermedia, anclada en la cordillera de los Andes, con muy baja presencia industrial[1], retirada de aeropuertos de relevancia internacional y con dificultades topográficas para acceder rápidamente al Golfo de Maracaibo en donde se encuentra el Puerto Marítimo más cercano.

A pesar de estas características, para nada prototípicas de las condiciones exigidas por la globalización de los mercados para poder ingresar a la sociedad del conocimiento, Mérida cuenta con más de una década en el desarrollo de una política para promover la Ciencia y la Tecnología dentro de sus territorios. Su principal baluarte es el capital humano, es decir, casi 60 mil estudiantes; 14 instituciones universitarias; 176 centros, laboratorios y centros de investigación y desarrollo humanístico, científico y tecnológico; la formación de 500 ingenieros de alta calidad al año aproximadamente; la concentración de 1600 de los 5400 investigadores que disponía el país en el año 2004 en las áreas de ciencia, tecnología y humanidades (30% del total nacional) y el liderazgo académico y social de la ULA en la ciudad[2].

Fue así como la ULA comenzó a promover la creación de un Parque Tecnológico (PT) desde la década de los años 60 del siglo pasado. Finalmente, a mediados de los años 90, un grupo de profesores con el apoyo de la Universidad, el auspicio de la OEA y el CONICIT, hoy Ministerio de Ciencia y Tecnología de Venezuela, lograron materializar el proyecto bajo la idea de hacer una “fábrica de fábricas”. A esta iniciativa, se le sumó la aprobación del Congreso de la República de la Zona Libre Cultural, Científica y Tecnológica (ZOLCCYT) del Estado de Mérida, en el año 1995.

De esta manera se crearon unas bases aparentemente sólidas para abordar un proyecto estratégico en el cual están involucrados la Universidad de Los Andes, con una fuerte presencia física y académica en diferentes partes de la ciudad; el PT, localizado en el centro de la ciudad, con empresas orientadas a la producción y desarrollo de software, biotecnología, biomecánica, biomedicina, cálculo científico, entre otras; y la Zona Libre, localizada en el área metropolitana de Mérida y a lo largo de cuatro (4) municipios que abarcan 2.632 Km2 conformando un estrecho valle rodeado de montañas, lo cual facilita su control territorial. Son los municipios de Libertador, Campo Elías, Sucre y Santos Marquina del Estado Mérida que corresponden al 23,2% de su superficie. Se diferencia de una Zona Franca, entre otros aspectos, porque no es un espacio físico cerrado y tiene como propósito el desarrollo y afianzamiento de la soberanía cultural, científica y tecnológica del país.

Aún así, parece que las características políticas actuales de Venezuela han dificultado el desarrollo de sinergias entre cada uno de los sectores – especialmente entre la ULA y los gobiernos municipal y estadal – por las contradicciones que existen entre ellos. Los líderes del PT sostienen que es muy precario el apoyo de la ULA, aunque esta última haya donado un predio en la sede de La Hechicera para el desarrollo de un edificio de 8mil m2 que aún no ha culminado; sin embargo, no hay participación de estudiantes dentro del PT, por ejemplo. La academia critica la Zona Libre por estar controlada por el Gobierno del Estado y la Nación. Tanto la Universidad como el PT lamentan el desinterés del gobierno municipal en torno a este proyecto de ciudad y territorio. El municipio aduce falta de recursos.

Recientemente, la ciudad inauguró “Trolmerida”, un sistema masivo de transporte tipo trolebús articulado que combina un motor eléctrico con otro de combustible diesel. La solución ha sido fuertemente criticada por la academia local, entre otros factores porque ignoró estudios e investigaciones que se han venido perfeccionando desde los años 60 por varios grupos de investigación de la ULA encabezados por el profesor Alberto Serra-Valls, y orientados a desarrollar un tren electromagnético (TELMAG)[3] que no requiere fricción mecánica para su propulsión. Estas tecnologías endógenas, amigables con el medio ambiente tienen un nivel muy consolidado de desarrollo; sin embargo, no han recibido el suficiente apoyo institucional para su puesta en práctica.

Desde el punto de vista espacial, estas contradicciones y dificultades han llevado a la ausencia de un proyecto territorial que le permita a Mérida consolidarse como ciudad y territorio del Conocimiento, pese a tener condiciones muy favorables para ello.


[1] En el año 2001 había 591 empresas industriales en el Estado Mérida. El 28,26% estaban dedicadas a la rama de alimentos, bebidas y tabaco. El 17,17% en textiles e industria de cueros. Otras ramas destacadas son: Madera incluido Muebles (15,4%), Productos metálicos, maquinaria y equipo (14,38%). Fuente: ZOLCCYT, 2006.

[2] Una expresión simbólica de la presencia social de la ULA en la ciudad es la localización del Rectorado de la Universidad en uno de los edificios más antiguos y representativos de la Plaza de Bolívar. La Alcaldía de Mérida, en cambio, tiene sus oficinas descentralizadas.

[3] Cfr: http://es.wikipedia.org/wiki/TELMAG

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