La Ciudad en la Prensa

Sin planeación ni desarrollo

Luis Acebedo, Profesor Universidad Nacional de Colombia

Al finalizar el año pasado, Manizales Cómo Vamos presentó un primer ejercicio de evaluación del cumplimiento de las metas del Plan de Desarrollo Municipal 2016-2019 (PDM). Aunque dicho acontecimiento no tuvo mayor trascendencia en la ciudadanía, considero fundamental destacar la importancia de contar con esta herramienta para garantizar una mejor gobernanza municipal a futuro, así como un mayor control ciudadano sobre la priorización de metas y capacidad de gestión.

La inexistencia de un sistema de información municipal fue el principal obstáculo para hacer un seguimiento a todos los indicadores, por lo cual debió concentrarse sólo en algunos de ellos. Esta misma crítica se constató con el llamado “expediente municipal”, insumo clave para ordenar el territorio. La falta de un sistema de información municipal, es una debilidad estructural que los alcaldes subestiman y aplazan porque no tiene “visibilidad” como las obras de infraestructura.

Aún así, el diagnóstico muestra “avances relativos” en el cumplimiento de las metas, reflejando rezagos en sectores como educación, seguridad ciudadana e inclusión. Y eso que la educación sería el eje estructurante del PDM. Según el informe, “No hubo ningún progreso para el cumplimiento de la mayoría de las metas seleccionadas en movilidad, planificación territorial y entorno económico, competitividad y empleo”. Y otros sectores de vital importancia como “vivienda, servicios públicos y espacio público quedaron sin concepto, ya que no se obtuvo información en la mayoría de los indicadores seleccionados”. Los principales logros estuvieron en salud, medio ambiente y gestión de riesgo, cultura, recreación y deporte; y gobernabilidad.

Vale la pena precisar que se buscó evaluar lo planeado en relación con lo ejecutado, dejando al margen cualquier consideración sobre la pertinencia de las metas propuestas, otro asunto que también merecería un análisis especial.

Me surgen muchas inquietudes sobre los resultados entregados, más allá del cumplimiento las metas propuestas. La primera y más importante es si esta administración tiene un rumbo claro en la ejecución presupuestal, pues se presentan notorias diferencias entre lo planeado en el PDM y la asignación de recursos para el cumplimiento de las metas. Al final, los resultados no van más allá de sostener de manera mediocre unas inversiones en distintos frentes sin correspondencia con la priorización de objetivos estratégicos. En este sentido hay que cuestionar el liderazgo del primer mandatario en materia de planeación y gestión de los recursos. Las secretarías, especialmente la de planeación, quedaron muy mal paradas, toda vez que no fueron capaces de presentar informes serios sobre sus ejecutorias, mucho menos centralizar la información sobre las demás secretarías. Cada una de ellas parece actuar como compartimento estanco, sin diálogo ni integración. La secretaría de Salud logró sistematizar mayores indicadores y presentar avances concretos en sus metas anuales.

Con semejante balance, el tema “gobernabilidad” no debería tener una buena evaluación en el informe, sin embargo, las metas fueron tan básicas que, con algunos resultados evidenciables, se pudo determinar “avance satisfactorio”. Algunas de esas metas fueron consolidar en un 50% el centro de información estadística y geográfica y ajustar algunos aspectos de la estructura orgánica de la Alcaldía de Manizales. En este último aspecto, parecería existir una relación directa entre la desaparición de la Caja de Vivienda Popular con la ausencia de indicadores y falta de ejecución de obras para la superación del déficit acumulado e histórico en vivienda social. Así como los conflictos que genera la ERUM por las limitaciones que tiene para ejercer sus funciones.

Si se suman los escándalos en el sistema de cobro del Cable Aéreo, la asignación a sus amigos del espacio público para aprovechamiento económico, la falta de cumplimiento de requisitos de transparencia en los procesos de contratación en varias secretarías, entre otros, podríamos estar hablando de un proceso de desinstitucionalización de lo público con gravísimas consecuencias para el municipio.

No es fácil explicar cómo Manizales logra sostenerse en los primeros lugares del Índice de Progreso Social. No parece tener relación con la gestión del PDM, más bien por la conjugación de factores externos, relacionados con la persistencia de los actores sociales y económicos, la capacidad de resiliencia del aparato productivo local y el optimismo de la gente, que no se deja amilanar por las adversidades.

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